Desde que la semana pasada saliese a la luz la noticia de la tragedia de un vuelo de Air France, desaparecido sobre el Atlántico, que seguía la ruta Río de Janeiro-París; no hemos dejado de presenciar en telediarios y periódicos nacionales e internacionales todo tipo de morbosidad acerca del tema, como ya ocurriera en su día con el fatídico accidente de Barajas.
"Tengo miedo" o "Te quiero" fueron algunos de los SMS de despedida de los pasajeros. Titulares cómo este recogen los medios de información días posteriores a la noticia del siniestro. Bienvenidos, una vez más, a la morbosidad de la información; a cómo mantener a la audiencia delante del televisor sin aportar información relevante.
Llevamos ya más de una semana aguantando hipótesis y teorías morbosas que aumentan el dolor de las familias de las víctimas. Mientras conocemos las causas verdaderas de la desaparición del Airbus, ¿por qué no mantener la atención de la audiencia a costa de conjeturas sin contenido?
Realmente, no estoy desvelando nada nuevo: las muertes masivas dan morbo y son noticia, sin embargo, cada día entiendo menos la necesidad de sacar de donde no hay para llegar a donde no hace falta.
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